Desde que Cande, Herman y los cuatro chicos aparcaran su fastuoso Graham-Paige de 1928 en la puerta de nuestra casa, allá por abril de 2017, sentíamos la necesidad de compartir las virtudes y valores que como ¨Familia” en mayúsculas tienen, más allá de todo lo que de ellos conocemos a través de su libro, sus charlas y sus publicaciones en las redes.

La familia viajera por excelencia son tan naturales, joviales, apasionados y aventureros en persona como en la pantalla.

Para nosotros son un referente valiosísimo, y aunque quisimos darles su espacio y no agobiarlos con preguntas, el tiempo que compartimos en casa, aprendimos muchísimo de ellos y de cada historia contada.

Cande y Herman son una pareja excepcional, equilibrada, amorosa y muy compenetrada, consiguen una armonía envidiable, sobre todo para tratarse de dos personas que están juntas desde los 14 años y comparten, desde entonces, las 24 horas del día, viajando con sus cuatro churumbeles alrededor del mundo.

Sus hijos, son su mayor orgullo y el mejor ejemplo del “trabajo bien hecho”, alegres y pizpiretos, de corazón noble y bello, rebosantes de energía, curiosidad y sabiduría. Tener la mágica oportunidad de conocer a estos cuatro jóvenes maestros de vida fue el empujón psicológico que necesitábamos como padres y docentes ante el nuevo cambio de vida que estábamos a punto de comenzar.

La generosidad de la familia Zapp traspasa más fronteras que las que sus corazones han conocido en los más de 17 años viajando por todo el mundo.

En los cuatro primeros meses de nuestro viaje lo hemos podido comprobar, ellos nos ofrecieron su casa, facilitándonos el techo y refugio que necesitábamos, contrarrestando así los eternos días de esfuerzo hasta conseguir terminar nuestro motorhome.

Ahora comprendemos el porqué todo este tiempo de demora para hacerlos protagonistas de una “Mini Historia” en nuestra página web, y es que aún nos quedaba conocer de ellos esa parte que no se sabe ni se ve, pero se intuye ….

Sí, la familia Zapp son Herman, Cande, Pampa, Tehue, Huyaa Paloma y Wallaby… y también son los familiares, como Eduardo y Ana, que los esperan con ilusión y añoranza aquí, en su Tierra, cada vez que deciden hacer un alto en el camino y reponer fuerzas, para volver a sentir cerquita el amor de sus seres queridos.

Eduardo, primo de Herman, su casero ( encargado de cuidar y mantener la casa siempre en perfecto estado) y el tipo con el corazón más grande que te puedas cruzar en el camino.

Este hombre es todo un personaje, con una trayectoria de vida digna de una buena novela de aventuras y desventuras. Nos sentimos afortunados por haber tenido la dicha de conocerle y tenerlo a nuestro lado en estos meses.

Siempre servicial y presto a ayudar, dispuesto para cualquier cosa que pudiésemos necesitar, ha sido nuestro chófer y experimentado conductor (muy valioso tras comprobar en carne propia la locura de tráfico y el nefasto estado de la mayoría de las carreteras).

Edu nos ha dado la oportunidad semanal de abastecernos, facilitándonos la posibilidad de realizar la compra en lugares económicos y fiables. Él nos ha llevado de paseo para conocer los preciosos rincones de la capital, y también ha sufrido con nosotros la parte más triste y vergonzosa de su querida Argentina.

Su hijo Gaspar ha sido compañero de juegos de nuestra Valentina, y su primer amigo de esta otra parte del mundo.

Clara, su esposa, nos abrió las puertas de su enorme clan familiar, haciendo posible festejar los cumpleaños de Dani y Miguel junto a los suyos, preparándoles las mejores de las fiestas. Fiel reflejo de su madre, la virtuosa Graciela, espléndida y generosa, la cual nos ha donado varios álbumes de su libro (“Desde el amor. Apuntes”) para nuestra Biblioescuela y a quien siempre le parecía poca la cantidad de cosas con las que nos agasajaba en cada oportunidad de vernos.

Edu y Clara son los gerentes de una eficaz empresa de decoración de eventos, llamada como el precioso árbol, “Liquidambar”, pionera en este sector y muy valorada por todos aquellos que han contratado sus servicios.

 Carolina, es hermana de Edu y prima de Herman, mujer bonita por fuera y aún más por dentro, siempre alegre y de permanente sonrisa, a pesar de las vicisitudes de la vida, no dudó en prestarse a hacernos las cortinas de nuestra casita rodante, poniéndole todo el cariño y dedicación.

Ana, es la hermana de Cande y ya, una amiga para siempre. Mujer de una fortaleza increíble, ha solventado cada prueba que le ha ido poniendo la vida con una valentía admirable. Dulce y complaciente, nunca faltó una llamada para saber de nuestra situación. Junto a su marido Roberto y su hija Morena, nos han ofrecido cada fin de semana la oportunidad de visitar lugares, conocer su cultura compartiendo vivencias, comidas y animadas e interesantes conversaciones. Siempre recordaremos con muchísimo cariño y agradecimiento los ratitos tan buenos compartidos.

Ellos son una familia muy solidaria e implicada socialmente, y todos los años son los encargados junto a otros voluntarios en la “Integración Neken Nanju” de reunir víveres, ropa, medicamentos, bicicletas, barcas, ordenadores y demás necesidades para hacerlos llegar a las familias del Impenetrable. Realizando una importantísima labor, con la instalación por ejemplo de equipos de iluminación a energía solar, filtros potabilizadores, maquinaria industrial, etc… Ayudando así a mejorar la calidad de vida de la comunidad Wichí, pues es un lugar de muy difícil acceso al que no llega la energía eléctrica de red ni agua potable.

Ana estudió Bellas artes, es una mujer muy creativa y una gran artista. Roberto lleva años al frente de su empresa “format-o.com.ar”,  dedicada al proceso de termo formado de láminas termoplásticas, de las mejores del sector. Eficaz, trabajador y responsable con su trabajo y el de sus empleados, nunca decepciona a un cliente, y eso en Argentina es un valor muy buscado.

Todos, y cada uno de los integrantes de este clan familiar, son los mejores argumentos para hacernos sentir seguros y felices por la decisión de nuestro cambio de vida actual.

No importan las piedras del camino, siempre encontrarás personas de alma generosa y corazón grande que estarán dispuestos a darte una mano.

La familia Meraki está agradecida de por vida y para nosotros siempre serán

 “La GRAN Familia Zapp”.